miércoles, 22 de enero de 2014

22/01: El Eternauta



22/01: El Eternauta (351 Págs.)
Héctor Oesterheld y Francisco Solano López – Doedytores 2009


La primera reseña de una historieta argentina tiene que ser (no puede ser de otra forma) de su obra cumbre, el gran clásico de clásicos: El Eternauta. Editado en su formato apaisado, me hice de su tercera edición publicada en Noviembre del 2009 por la editorial Doedytores. Si bien la leí hace unos años, me parecía correcto hacer una reseña de esta respetadísima obra, ícono de la historieta en el país.

La historia comienza una noche de 1957 (año de publicación del cómic) cuando un hecho sobrecogedor sorprende a Germán, un guionista de cómics. Frente a él aparece de la nada un hombre que se presenta como Juan Salvo, El Eternauta, que empieza a contarle su historia. Una historia que empieza con una catástrofe terrible, una nevada mortal sobre Buenos Aires mata a todo el que toca, dejando la ciudad desierta y con contados supervivientes atrapados en sus casas (de ahí el look del protagonista), conformando un misterio creciente que se apodera del lector y lo envuelve en una sorprendente historia de ciencia-ficción y futuro diatópico de esas que reinaban en la época, pero con todos los matices de un Robinson Crusoe moderno, como una metáfora de liberación política que vivía entonces Argentina y que lamentablemente se puso de nuevo en vigor pocos años después. Estos matices de superación humana (donde el protagonista se convierte el trabajo en equipo y no un solo individuo) y de connotaciones políticas son los que han reflotado El Eternauta una y otra vez, resaltando lo que para mí es una de sus mayores virtudes: es una aventura atemporal y que se revaloriza con cada nueva lectura que se haga de ella.
 Esta historia toma matices proféticos si tenemos en cuenta que en la última dictadura Argentina (1976 -1983), el 27 de abril de 1977 Oesterheld fue secuestrado junto a sus hijas y desde entonces sigue desaparecido. Lo que años después proporciona nuevas lecturas y duros matices a esta historia eterna.

Otro de los puntos fuertes de esta obra, es su localización tan próxima y tangible para sus lectores de la época (y para los actuales), como es Buenos Aires, nombrando constantemente sus calles, avenidas y sitios emblemáticos, usándolos para mostrar la desgracia de perderlo todo y para arrastrar a Juan Salvo y sus compañeros en una lucha desigual de contra la adversidad y la desesperación, convirtiéndose en una de las mayores lecciones de humanidad que pueda nadie enseñarnos a través de un relato de ficción

 La única traba inicial que tendrá que enfrentar el lector es heredera de su publicación en entregas de pocas páginas a lo largo de más de 100 semanas en la revista Hora Cero, lo que obliga por formato a que más a menudo de lo deseable se produzcan continuos recordatorios de lo ocurrido anteriormente. Una vez superado este escollo (sobre todo si se llega con él comprendido y asumido) no creo que a nadie le cueste sumergirse en esta aventura.
Aunque para mí el punto fuerte de la obra es el guión de Oesterheld, también hay que reconocer el enorme mérito que tiene Solano López en plasmar toda esa mezcla de urbana realidad con la fantasía de la ciencia-ficción, en un Buenos Aires reconocible y con unos personajes tan humanos como pueden serlo. Aunque la historia nos lleve a través de drama y desesperación a lo largo de muchas de sus páginas, esto no sería posible sin la excelencia de las expresiones faciales del artista que fue capaz de proporcionar todas estas emociones en una mirada del protagonista a través de esas incómodas gafas y esa mortal nieve. Pocas veces el dibujo hizo tanto mérito de un buen guión.
 Nos encontramos ante una obra que puede ser leída 30, 40, 50 años después de su publicación inicial y no pierde consistencia. Todo encaja perfecto y la temática no pasa de moda. Los dibujos en blanco y negro son un gusto a la vista, y la historia te atrapa más y más, sin que te puedas despegar. Realmente es una lectura obligada para todos los amantes del Noveno Arte, y para los que no también. Un clásico literario que trasciende cualquier tipo de fronteras.

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