martes, 3 de junio de 2014

03/06: Peter Kampf Lo Sabía



03/06: Peter Kampf Lo Sabía (64 Págs.)
Carlos Trillo y Domingo Mandrafina – Ojo de Pez 2011

Un autor ícono de la historieta nacional con el que me he enganchado es Carlos Trillo, y según unas recomendaciones, no podía perderme la obra Peter Kampf lo sabía, con los inmejorables dibujos de Domingo “Cacho” Mandrafina.  Fue publicada en forma de libro en Octubre del 2011 por la editorial argentina Ojo De Pez, en una edición magnífica que cuenta con prólogo de Pablo De Santis y dos excelentes textos alusivos de Fabio Blanco y Javier Benyo. Incluye además la historieta corta de la misma dupla titulada “Los héroes están cansados” (originalmente aparecida en la revista SuperHumor). De esta manera se complementan las 46 páginas de la historia principal con unos bonitos extras, y la historieta corta de 6 páginas, que es toda una visión y crítica al estado de la historieta argentina hace apenas 30 o 40 años atrás.

 Peter Kampf lo sabía fue publicada en Fierro en 1988,  y es el relato ucrónico de una búsqueda. Paul Laudic, editor francés de historietas y experto en la materia, llega a los Estados Unidos acompañado de su novia colombiana Karin Milas, para ver los originales de Peter Kampf, tira diaria del historietista Al Hit que había visto la luz en el Daily News a finales de la década de 1920. De hecho, el año de publicación de la tira en la ficción (1928) coincide con la fecha de salida del segundo volumen del tristemente célebre libro Mein Kampf  (Mi lucha), de Adolf Hitler. Al Hit es, precisamente, el seudónimo de Adolf Hitler, pintor austríaco que se dedica a producir historietas para la prensa norteamericana. Sobre esta premisa insuperable, Trillo y Mandrafina construyen una historia única, más allá de que la idea de un mundo en que el nazismo y la llegada de Hitler al poder jamás se produzcan ha sido explotada de diversas maneras en la literatura, como señala Pablo De Santis en el prólogo.
  La variante del guión de Trillo, que hace de Hitler un historietista, le confiere a esta obra un carácter especial, por la profunda relevancia que adquiere para las discusiones sobre el arte mismo de la historieta y el arte en general. Al mismo tiempo, Mandrafina se luce alternando en este caso su característico estilo con un estilo afín al de las tiras de prensa de los años veinte (para graficar las tiras de Al Hit, que salpican la narración de manera perfecta y en relación más que estrecha con esa narración), pero sin olvidarse de crear un mundo totalmente verosímil en el que nos sumergimos desde la primera viñeta. Justo entre el realismo más clásico y la expresividad más absoluta está el dibujo de Mandrafina. Aparte de la denuncia política y social,  y una reflexión sobre la narración (puesta al servicio de la propia narración), en el guión de Trillo además están esos detalles que su talento jamás olvidaba colocar: la frase “No te metas, Steve, no te metas” resuena a dictadura en el oído argentino; de la figura de Goebbels, que en la ficción dirige una agencia de publicidad, se dice que se ocupa de promocionar jabones y gaseosas, elementos que remiten a chistes antisemitas y al origen de la bebida Fanta (asociada con el nazismo), además de referir magistralmente también a la Coca-Cola, “el sabor para la América blanca”; el editor Paul Laudic problematiza la figura de los colaboracionistas franceses durante la Segunda Guerra Mundial, etc.
 Esta historieta constituye, entre tantas otras cosas, una gran parábola sobre el nazismo, y  es también una gran metáfora sobre el poder del arte, sobre su relación con la política y la ética. Su último cuadrito, me parece artística y simbólicamente insuperable. Una obra inagotable por donde se la lea y se la mire. Historieta en grado pleno.

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