lunes, 2 de febrero de 2015

02/02: La Princesa Caballero Vol. 1



02/02: La Princesa Caballero – Vol. 1 (236 Págs.)
Osamu Tezuka – Glenat Ediciones 2004

Recordando que Febrero es el “mes del amor”, me centraré en reseñar cómics en los cuales el amor gire como trama central, aunque como siempre, habrá espacio para leer de todo un poco. Si hace veinte años me hubieran dicho que iba a terminar escribiendo una reseña sobre una de las series de dibujitos más noña de su época, me habría reído en la cara de quien afirmara aquello. Amante de todo lo que signifique animación, incluso en aquellos años tenía mis límites y la serie sobre una princesa con dos corazones me superaba con mucho (y se lo dice alguien que vio Candy, Candy o Heidi en la infancia). El caso es que descubriendo las obras del Manga no Kamisama Osamu Tezuka, me sorprendió descubrir que las aventuras de Zafiro y Tink (así se llaman los personajes originales) eran creación suya.

 El caso es que unos meses después, y aprovechando el mes de Febrero que me autoimpuse hacer hincapié en mis lecturas sobre cómics románticos, decidí le daría un vistazo a La Princesa Caballero. Y lo cierto es que, sin esperar demasiado (casi nada, me aventuraría a decir) la lectura me ha sorprendido gratamente. A ver, que nadie se lleve a engaño. En esencia, La Princesa Caballero no es más adulta que las primeras obras de Tezuka que ya he reseñado, antes de que entre en su etapa de gekiga que tan alabada es. De hecho, el ser el primer Shojo Manga (manga para chicas) lo aleja del gusto por la ciencia ficción demostrado por Metrópolis o Next World.
¿Por qué me ha gustado? A decir verdad, no lo sé con certeza. Quizás sea porque, de todo lo que hemos comentado hasta ahora, La Princesa Caballero sea la que más deje notar las sempiternas influencias “disneyanas” (sobre todo de Blancanieves y Cenicienta). Pero quizás también porque subyacen otras influencias más sutiles como la obra de Shakespeare, la versión de los hermanos Grimm del cuento popular La Bella Durmiente, el ballet del Lago de los Cisnes del gran Tchaikovsky, o el espíritu de los relatos de caballería o piratería tan comunes en la literatura de aventuras. Aunque parezca imposible, Tezuka incluye dosis de todas ellas en el relato de las aventuras y desventuras (más estas últimas) de Zafiro mientras intenta encontrar su gran amor y definirse por uno de los dos sexos que habitan en ella.
Si argumentalmente esta es la obra más Disney de Tezuka hasta la fecha, la parte gráfica no se queda atrás, por más que Tezuka innove sobre el tejido del manga con la introducción de los fondos floridos o los enormes ojos de los protagonistas (algo que terminará siendo marca de registro de los shojo): desde el diseño de Tink, sacado directamente de los querubines de la Pastoral de Fantasía, hasta el de la bruja Hell, la notable influencia de los estudios de animación se vislumbra más que nunca.
 Una obra accesible de 3 tomos, que se puede recomendar a cualquier niño o niña para que se empiece a interesar en el cómic, ya que como uno de las primeras lecturas, con tanta aventura y chistes, es una obra ideal.
 Me sigo sorprendiendo con el Dios del Manga, que en cada género fue pionero y aún así, demostró cosas que pocos autores posteriores pudieron igualar, que es su narrativa y ruptura para que ningún género sea muy sosa y cliché, si no todo lo contrario. Sigo alabando al Dios del Manga Tezuka.

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