martes, 26 de mayo de 2015

26/05: DMZ Vol. 3: El Cuerpo de Un Periodista



26/05: DMZ Vol. 3: El Cuerpo de Un Periodista (128 Págs.)
Brian Wood y Riccardo Burchielli – Planeta DeAgostini 2008

DMZ: Obras Públicas es la tercera entrega de una serie que se ha convertido por derecho propio en una de las mejores obras que editó Vertigo, casi en el panteón de los personajes fabulosos que todos conocen. En total tenemos otros cinco números (#13-17 USA) que desarrollan un arco argumental completo y en los que la creación de Brian Wood y Riccardo Burchielli sigue ganando en complejidad y frescura narrativa (homenaje a V de Vendetta incluido). Respecto a la edición española, decir que la reproducción es correcta y fiel, y que como extras se incluyen bocetos realizados por el dibujante y un artículo como introducción.  De un tiempo a esta parte la guerra parece haberse encauzado a través de la vía diplomática y las escaramuzas armadas han quedado atrás en la New York de esta historia. Es el momento perfecto para que las empresas privadas de seguridad y reconstrucción como Trustwell Inc. acometan el proceso de devolver el esplendor a una infraestructura destrozada. Pero hay un problema: una ola de actos violentos está dificultando el proceso, provocando además una escalada de tensión entre Trustwell, la ONU y los habitantes de la DMZ.

Y como algo huele a podrido en todo esto, nuestro protagonista Matty Roth decide sacar todos los trapos sucios a la luz, aunque implique infiltrarse en una de las células terroristas y poner en peligro a todos sus seres queridos. La guerra es un gran negocio. Independientemente de los motivos que la desencadenen, la maquinaria bélica arrastra un sinfín de beneficios industriales colaterales para empresas armamentísticas, asesorías políticas y militares, grupos de comunicación, todos ellos sacando provecho de los conflictos armados. Pero el gran premio viene después. Y es que, quien gana la guerra, gana los derechos de reconstrucción del país donde se ha desarrollado.
Esto constituye un motor para toda una nación. Aeropuertos, carreteras, casas, escuelas, telefonía, luz, agua, gas, poner en marcha todo esto y, de paso, inculcar un provechoso sentido de las necesidades que cree un futuro consumidor de exportaciones es suficiente para dar de comer a casi todo un país, al tiempo que resulta una increíble fuente de ingresos. Especialmente si se usa mano de obra local menos exigente con eso de los sueldos y las sindicaciones.
No obstante,  a veces existe un escollo  que impiden llenar las arcas,  y es el terrorismo local. Es en muchas ocasiones provocado por la pobreza y la falta de esperanza que hacen cautivas del fanatismo, la alienación o la mala leche a las personas que lo ejercen, perfectamente ejemplificados en los casos de Amina y el jefe de la célula terrorista.
Da gusto ver cómo, cuando se perciben buenos elementos de partida en un cómic, éste responde trascendiendo su siempre inevitable presentación para desarrollarlos como se merecen una vez que se tiene cancha para ello. El presente arco de DMZ es, sin duda, lo mejor de una serie que tomo tras tomo aspira a más; cinco números compactos, sin capítulos sueltos, que demuestran que Brian Wood le ha tomado el punto exacto a su creación y que Riccardo Burchielli ha hecho lo propio con los lápices. Es decir, que narrativa y gráficamente resulta una delicia. A nivel argumental, lejos de agotarse en sí misma, la colección sigue proponiéndonos nuevos aspectos respecto a los cuales reflexionar. Tal vez podría achacársele que en esta ocasión la trama resulta algo previsible, pero la ausencia de contemplaciones y el buen hacer al exponerla eliminan toda gana de protestar. En definitiva: un cómic potentísimo, duro, realista que resulta en parábola perfecta de cualquier guerra de la última mitad del siglo XX o principios del XXI. E incluso, tal vez, de cualquier guerra que una vez fue.

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