martes, 26 de abril de 2016

26/04: Detective Marciano: Secretos Americanos



26/04: Detective Marciano: Secretos Americanos (144 Págs.)
Gerard Jones y Eduardo Barreto – Planeta DeAgostini 2008

En 1992 Gerard Jones y Eduardo Barreto hicieron una miniserie que Planeta DeAgostini recopiló hace varios años, titulada “Secretos Americanos". Es realmente una historieta inusual en muchos aspectos, extraña y digna de no pasar desapercibida. Extraña porque en lo formal, cambia radicalmente, en cada capítulo, de ambientación, aun siguiendo un hilo conductor. En el contenido, porque está cargada de un descaro envidiable. El relato se sitúa en la Guerra Fría, cuando el marciano más famoso de DC Comics todavía asumía el aspecto de un agente de la ley mientras intentaba adaptarse a su nuevo hogar, la Tierra, y aprender las costumbres de los humanos, imitando los comienzos del personaje en la década del 50.

Es decir, es un Detective Marciano que aún no se ha desvelado al mundo, que no ha entrado por tanto en la Liga de la Justicia, que se oculta tras la identidad del policía de Denver John Jones investigando casos humanos. Fieles a la cronología de aquellas primeras historias, los autores sitúan la acción en plena Guerra Fría, coherentes con parte de la mitología del Universo DC, ya que la Sociedad de la Justicia de América (Green Lantern, Doctor Midnight, Flash, etc.) fue disuelta al negarse sus componentes a desvelar sus identidades secretas ante el Comité de Actividades Antiamericanas.
 De eficaz dibujo, bien narrado, con interesantes referencias y un hábil despliegue de simbología y códigos a lo largo de sus páginas, Secretos Americanos es un cómic autoconclusivo de divertida lectura, inteligente y progresista. Gran parte de la culpa la tiene el mismo Detective Marciano, personaje versátil, ambiguo y cargado de una ingenua ironía: uno de los iconos clásicos del siempre interesante Universo DC.
 El cómic tiene alguna parte un poco más floja, pero está repleto de diálogos y momentos memorables: Además de la hilarante aparición de Fidel Castro y el Che Guevara, hay escenas sorprendentes como la del "castigo" a la concursante obcecada, o la del acoso sexual por parte del crío (que además está fumando) a una niña de su edad.
 Dos recursos persisten a lo largo de la historia y contribuyen a construirla, un juego con el cómic/meta cómic ("citas" de comic books, tiras de prensa, el papel de editores pasados de rosca, superhéroes de DC), junto a la insistencia por parte de Gerard Jones de contextualizar la historia de misterio/superheróica en las claves histórico-políticas de mediados del siglo XX.
 En resumen, estamos ante un cómic que se aleja del camino del género superheroico, para mezclar un policial noir con un relato de ciencia ficción, con conspiración, lagartos extraterrestres y detectives. Muy recomendable para los que busques una historia atípica  y esté cansado de la machaca de superhéroes.

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